Gabriel Hering odiaba muchas cosas de sí mismo. Sin ir más lejos, odiaba su nombre, la definición de su propia existencia.
Gabriel era el arcángel anunciador que se aparecía a María y a Mahoma. Personaje bíblico recurrente, traedor de buenas nuevas, portador de esperanza. Rubio y de suaves alas blancas. En realidad, Gabriel no podía culpar a sus padres de ponerle un nombre tan problemático. En 1923, cuando él nació, el nombre no era problemático en absoluto, es más, incluso él podía verle cierta belleza y musicalidad. Pero Gabriel era un nombre de origen hebreo, y lo
Gabriel Hering odiaba muchas cosas de sí mismo. Sin ir más lejos, odiaba su nombre, la definición de su propia existencia.
Gabriel era el arcángel anunciador que se aparecía a María y a Mahoma. Personaje bíblico recurrente, traedor de buenas nuevas, portador de esperanza. Rubio y de suaves alas blancas. En realidad, Gabriel no podía culpar a sus padres de ponerle un nombre tan problemático. En 1923, cuando él nació, el nombre no era problemático en absoluto, es más, incluso él podía verle cierta belleza y musicalidad. Pero Gabriel era un nombre de origen hebreo, y lo